Un educador de diabetes certificado describe cómo la diabetes hace embarco en una relación y qué hacer al respecto.
Por Elisabeth Almekinder/em>
Las relaciones son difíciles, pero conllevar una relación sumando la diabetes es más difícil aún.
Aquí están algunos de los problemas comunes que pueden surgir:
- Si Usted está cuidando a una persona con diabetes y él o ella está en un estado de negación acerca de la diabetes y se niega a participar en el cuidado personal o para escuchar el consejo médico, esto puede ser extremadamente frustrante.
- Para la pareja sin diabetes, sentir que tiene que ser la policía de la diabetes y de la queja no es divertido. Por el contrario, si Usted es quien tiene diabetes, puede ser fácil quedar agravado con la “vergüenza por el azúcar.”
- Problemas con la intimidad debido a daños en los nervios, como la disfunción eréctil o la sequedad vaginal, pueden causar tener relaciones sexuales dolorosas.
- Las finanzas son a menudo un problema. El buen autocuidado de la diabetes es costoso, y la diabetes mal controlada es aún más caro.
Cualquier enfermedad crónica puede marcar una relación. Si bien no hay soluciones rápidas para hacer frente a este estrés añadido, aquí hay algunos consejos sobre cómo trabajar para ser más de apoyo y apoyado en una relación que incluye la diabetes:
- Dejarlo ir. Podemos aceptar las cosas que podemos cambiar, y aceptar las cosas que no podemos cambiar. Escoger sus batallas también ayuda.
- Deje espacio para el cambio. Si Usted está haciendo todo lo necesario para una pareja con diabetes, no le está permitiendo autocontrolarse. En su lugar, Usted está tratando de controlar su comportamiento, y esto puede ser debilitante y molesto para su pareja.
- Para ambas partes, es importante dejar claro saber cómo su pareja se siente. Tómese el tiempo para tener una larga y posiblemente difícil conversación acerca de sus necesidades de inversión, lo que va a manejar Usted mismo cuando se trata de la diabetes, y cuáles son las responsabilidades que podrían compartir juntos. Repetir esta conversación de vez en cuando para ver si las situaciones o las expectativas han cambiado es importante.
- La buena comunicación significa también escuchar con cuidado. He aquí un buen consejo: hacer una pausa después de que su pareja habla, antes de decir cualquier cosa, puede ayudar enormemente. Le permite el espacio para procesar lo que se dijo y su pareja permite el espacio para sentirse escuchado.
Si este tipo de cambio no es algo que puede hacer por su cuenta, busque terapia de pareja. Lo principal es mantener abiertas las líneas de comunicación, para fomentar el respeto mutuo el uno al otro.
Esta columna fue adaptada, con autorización, de una columna más larga sobre la diabetes y las relaciones que fue publicado originalmente por DiabetesCouncil.com.
Traducido por Italia Chavez
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