Participación en un programa de este tipo llevó a un mejor control del azúcar en la sangre.
Por Kathleen Doughty
Los investigadores han sabido que los hispanos tienen en promedio, una tasa más alta de diabetes tipo 2 en comparación con los no hispanos. Además, este grupo actualmente se retrasa en el conocimiento sobre la diabetes y el cuidado por una compleja variedad de razones socioeconómicas.
Los investigadores intentaron combatir esa disparidad usando un programa de intervención culturalmente dirigido, según un informe de Healio. El estudio de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Carolina del Norte Greensboro involucró a 186 hispanos con diabetes tipo 2 y sus familiares. Los participantes del estudio fueron asignados a un grupo de intervención que participó en un programa en español, de educación en diabetes de ocho semanas dirigido específicamente a esa cultura, o a un grupo de control que participó en un programa no culturalmente orientado sobre autogestión de salud y diabetes.
Ambos grupos de participantes tomaron una prueba diseñada para medir factores de salud tales como control de azúcar en la sangre, cambios en el estilo de vida y actividades diseñadas para prevenir complicaciones a largo plazo.
Como se esperaba, el grupo de participantes culturalmente apuntado obtuvo 8,6 de cada 10, mientras que el grupo de control tuvo una puntuación más baja de 6,3.
Además, en una visita de seguimiento después de un mes del estudio, el grupo al que se dirigió culturalmente logró mejores puntuaciones de A1C (7,7) que las del grupo de control (8,7). Las puntuaciones de A1C generalmente miden los niveles promedio de azúcar en la sangre durante un período de dos a tres meses, y una puntuación más baja es mejor que una más alta.
Aunque tales mejoras iniciales son impresionantes, existen varias limitaciones para este estudio. En primer lugar, las mejoras en las puntuaciones de A1C no se mantuvieron después de un seguimiento de seis meses. Además, al no dar la misma información de salud los 2 programas, los investigadores dejan la investigación abierta a la queja de que están haciendo una comparación de manzanas y naranjas.
Sin embargo, este estudio proporciona alguna evidencia inicial de que al menos los hispanoamericanos de habla hispánica involucrados en un programa culturalmente orientado, pueden experimentar mejoras en el control del azúcar en la sangre, el conocimiento de la diabetes y la calidad de vida. Podemos esperar que más adelante, una investigación más conclusa se basará en este esfuerzo inicial.
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